
El bolo invernal es un fenómeno esencial en la apicultura, donde las abejas se agrupan en un racimo compacto dentro de la colmena para protegerse del frío extremo. Este comportamiento es vital para la supervivencia de la colonia durante los meses de invierno, cuando las temperaturas descienden y las fuentes de alimento escasean.
Buche MelarioDurante el invierno, las abejas forman este racimo o racimo invernal en la parte central de los panales, manteniendo una temperatura interna que oscila entre los 14 y 18 °C. Las abejas del centro generan calor mediante la vibración de sus músculos, mientras que las abejas en la periferia actúan como una capa aislante. Este ingenioso sistema permite a la colonia mantenerse caliente incluso cuando las temperaturas exteriores son extremadamente bajas.
BuckfastEl manejo adecuado del colmenar es crucial para apoyar la formación del bolo invernal. Una de las primeras acciones que debe tomar un apicultor es asegurar que la colmena tenga suficientes reservas de miel, ya que las abejas consumirán entre 5 y 25 kg de miel durante el invierno. También es importante reducir el espacio interno de la colmena utilizando divisores o retirando alzas vacías, lo que ayuda a minimizar la exposición a corrientes de aire y reduce el riesgo de infestaciones por roedores.
Buzo de apicultorAdemás, la ubicación de la colmena juega un papel fundamental en su capacidad para soportar el invierno. Colocar la colmena en una zona soleada, protegida del viento y la humedad, aumenta las posibilidades de supervivencia de la colonia. Asimismo, es recomendable reducir la entrada de la colmena para evitar la entrada de intrusos, como ratones, que buscan refugio durante el invierno.
NúcleosConclusión: El éxito de la invernada de las abejas depende en gran medida del conocimiento y la preparación del apicultor. Asegurarse de que las abejas pueden formar y mantener un bolo invernal efectivo es una de las mejores maneras de garantizar que la colonia sobreviva al invierno y esté lista para la primavera.
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